La danza de los libros

Leer un libro es invertir en un viaje, deseado, imaginado y buscado. Aquí dejo algunas huellas de ese itinerario personal y compartido

Archivo para el día “febrero 24, 2014”

Todo un viaje / Silvia Abascal

La actriz Silvia Abascal, sufrió el 13 de abril de 2011 un derrame cerebral, estando en el Festival de entrega de los Premios Goya. Tras seis meses de recuperación y rehabilitación decide escribir todo lo vivido y experimentado en su proceso de evolución, teniendo en mente la posibilidad de ayudar a alguien que esté en las mismas circunstancias.

Asomarnos a la experiencia de lo que supuso para ella, es acercarnos a la fragilidad y vulnerabilidad de la vida, lo que supondría vivir este proceso, constatar los apoyos que surgen, los retos a los que nos enfrentaríamos.

Todo un viaje (Silvia Abascal)

En este libro autobiográfico recorremos con ella, las preguntas que invaden a una persona en situaciones límite; seguirle en el recorrido de su enfermedad provoca una comprensión única, una reflexión profunda y expresada, tanto de su foro interno como de quienes le acompañan en ese viaje tan personal e intransferible, el viaje de vivir en primera persona, su manera particular de enfrentarse a la operación, sus incertidumbres, las limitaciones a las que le somete la recuperación en las actividades de la vida diaria, y sobre todo reaprender lo ya aprendido, recuperar el equilibrio físico y recuperar una audición normal, superando las enormes molestias de la hiperacusia y/o acúfenos.

Silvia relata lo que supone el trauma físico, pero también y sobre todo el trauma emocional, aprendiendo a digerir la limitación física, mental e incluso la emocional. En esta, la memoria de su camino de recuperación surgieron compañeras/os de enfermedad, que también forman parte de éste camino.
Ella recoge las ventajas de su perfil público, pero también en éste caso, las desventajas durante sus abundantes pruebas médicas, citas terapéuticas, y la presencia constante de los medios de comunicación.

Destacar como desarrolló, a raíz de su enfermedad, una enorme sensibilidad hacia las energías vibratorias de todas las personas, a la que sentía o percibía con una fuerza tremenda, lo que provocó cambios en su sensibilidad y conciencia.

Hay que reseñar la magnífica actitud de optimismo, de esperanza, de confianza, de superación, de satisfacción por los pequeños logros en su proceso de recuperación. Reconoce la enfermedad como un renacimiento afrontándolo todo con inmensa gratitud, por lo aprendido, por las personas que encontró en su proceso (compañeras/os de enfermedad, profesionales que le atendieron, familia, amigos y compañeras/os de trabajo), porque la vida le brindó esa energía, esa fuerza, esa afán de salir adelante y el ejercicio de vivir el equilibrio de la sabiduría, a partir de la experiencia.

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