“El cuerpo está diseñado para curarse a sí mismo”, así lo expresa y expone el doctor Hiromi Shinya, apoyado en las investigaciones sobre la relación existente entre la comida y la salud, que ha realizado durante más de cuarenta años.
“Somos lo que comemos” sintetiza la verdad que él ha estudiado y reforzado a partir de numerosísimos casos clínicos de enfermos. Tenemos la llave de nuestra salud, incluso estando predispuestos genéticamente. Focaliza la atención en lo él llama la “enzima prodigiosa”, su teoría, enzima que regenera las enzimas eliminadas de nuestro organismo, que necesitamos para tener salud.
Entiende el cuerpo humano como una unidad total interrelacionada, sugiriendo el error de la medicina tradicional, que ha tratado y trata las enfermedades como localizaciones independientes.
Nos indica qué comer, qué hacer cada día, los mecanismos que se producen en nuestro organismo cuando ingerimos alimentos o bebidas, cómo interactúan, cómo hacemos perdurar las enzimas esenciales, que necesitamos para vivir, acumulando salud o, cómo desperdiciamos y agotamos esas enzimas con nuestros hábitos alimenticios o actitudes en la vida. Evitar la degradación de las enzimas madre (“enzima prodigiosa”) es el secreto para curar enfermedades y vivir con salud.
Podemos conocer en otros libros motivaciones para dietas saludables, pero el doctor Hiromi aporta un conocimiento más profundo de porqué debemos invertir en salud, una opción al alcance de la mano de cualquier persona, evitando muchísimas enfermedades, que se van generando por la acumulación de los malos hábitos.
Analiza y desmonta los tópicos sobre determinados alimentos (leche, yogur, té…). Da consejos sobre los procesos modernos (oxidación de los alimentos) o de cocción que degradan los alimentos, advierte sobre los alimentos dañinos, fundamentándolos en su experiencia e investigaciones.
Destaca como la gran mayoría de las dietas se han tenido en cuenta las calorías que aportan y no tanto las enzimas, factor de decisivo para la salud.
Señala la salud como un esfuerzo continuo, en la que es más fácil prevenir que curar, siendo responsables con lo que comemos y bebemos.
Ofrece consejos y pistas para tener abundante salud, evitando muchas enfermedades, que se van gestando poco a poco, detectándolas a tiempo y sanándonos.
Su lectura nos aporta el conocimiento de lo que supone equilibrar la ingesta de alimentos en función de lo que aportan y cómo se metabolizan en nuestro organismo.
Termina el doctor Hiromi diciéndonos: “escucha a tu cuerpo y sé bueno contigo”.